La realizadora Cherien Dabis (Omaha, Nebraska, 1976), de origen palestino-jordano, ha logrado una sobresaliente ópera prima, que le ha merecido el reconocimiento de la crítica internacional en el pasado festival de Cannes, con el premio FIPRESCI. Dabis escribe, produce y dirige Amerrika, un film sobre dos inmigrantes palestinos cristianos de Belén –Muna y su hijo Fadi– que llegan a Estados Unidos en plena Guerra de Irak.
La película toca muchos temas colaterales que hacen más complejo –y realista– el drama social de la inmigración, como el divorcio, las pandillas juveniles, las drogas, los problemas laborales… y lo hace con crudeza, pero a la vez con mucha ternura hacia los personajes. Para ello es crucial el trabajo interpretativo de Nisreen Faour, que encarna a Muna Farah con enorme autenticidad. También es muy eficaz el trabajo de Melkar Muallem en el papel de su hijo. Hiam Abbass (Los limoneros), que ya intervino en otra gran película de temática similar (The Visitor), vuelve a demostrar su talento.
El film tiene un ritmo muy acertado, buenas canciones y ese recurso gastronómico tan útil cuando se quiere hablar de choque de culturas. Se echa de menos un desarrollo mayor de lo que supone ser árabe y cristiano, que hubiera dado un interesante juego argumental. No hay un final cerrado: opción coherente con las intenciones testimoniales y realistas de un film muy interesante.
La crítica es de Juan Orellana y está publicada en ACEPRENSA
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