Publicado el 15-06-2009 en Expansión por Ignacio García de Leániz Caprile. Consultor de recursos humanos.
Pocos modistos han revolucionado la moda del siglo XX y la comprensión de la mujer como lo hizo Chanel: sumergirnos en su biografía, protagonizada por Audrey Tautou, puede ayudar a comprender las claves de su éxito diseñador y empresarial.
Si por algo destaca el cine francés –a diferencia del español– es por divulgar sus glorias nacionales y exhibir sus biografías para el conocimiento del gran público. Por eso, tarde o temprano tenía que llevarse a la pantalla la vida –compleja, atormentada y enigmática– de una mujer de la talla de Coco Chanel, de quien no se sabe si admirar más la revolución que supuso en la moda o el emporio creado por ella, con su legendario perfumeChanel nº 5 a la cabeza.
Aunque la película se ciñe a sus treinta primeros años, desde que es abandonada por su padre en un orfanato hasta que inaugura en la X: su capacidad genial para Rue Cambon de París su primera Casa Chanel, nos ofrece, sin embargo, suficientes claves psicológicas y biográficas para fijar las dos grandes aportaciones de Chanel a la historia delmanagement del siglo Xdetectar las necesidades implícitas en la moda femenina y su liderazgo emprendedor e un mundo donde los proyectos empresariales parecían reservados al varón
El descubrimiento de la simplicidad
Si la falta de afecto en su niñez y juventud justifican su carácter hosco y taciturno, también nos permite comprender cómo Chanel derivó su introversión hacia una prodigiosa capacidad de percibir las necesidades más o menos inconscientes de su entorno, haciendo de ella una visionaria. Por eso, cuando convertida en amante del millonario Etienne Balsan, entra en contacto con la moda parisina de principios de siglo, su capacidad de observación le hará madurar una gran intuición creadora: hay que rescatar a la mujer de carne y hueso, sepultada tras la máscara de aquellos vestidos y adornos tan recargados. Coco percibe como nadie que el signo de los tiempos va a favor de la sencillez y en contra de la artificialidad. No es casual, pues, que en una secuencia significativa veamos como diseña su primer vestido para una fiesta de disfraces: un traje de huérfana, nada más y nada menos. He ahí su gran descubrimiento: el vestido al servicio de la mujer y no al revés. O dicho con otras palabras más actuales, menos es más. Un siglo de recargos barrocos, trajes ceñidos con corsé y faldas infinitas va a morir a manos de esta mujer abanderada de la simplicidad, detectando antes que nadie las demandas secretas de sus clientes potenciales. Por eso dirá años más tarde que "todo lo que es moda pasa de moda, salvo el estilo". Su compatriota Stendhal había dicho 70 años antes que "el estilo es el hombre". Chanel simplemente añadiría: "Y la mujer". He ahí su innovación, mucho antes de que el márketing hubiera madurado como ciencia.
Pero si Chanel había roto los patrones vigentes en la costura, también romperá los moldes del liderazgo masculino. Si en la moda predica la simplicidad, en el desarrollo profesional reivindicará la igualdad entre hombre y mujer, catalizando la revolución silenciosa del siglo XX. En 1909 logra abrir su primera tienda de sombreros en París: Modas Chanel, que precede a la posterior Casa Chanel, ya de alta costura, inaugurada en 1920. A partir de ahí, la gloria abanderando la moda de los años veinte en una sociedad ya menos encorsetada que la que había tenido que padecer. Su éxito le permitirá afirmar: "Yo no hago la moda. Soy la moda".
Y sin embargo, más allá del triunfo inmenso como modista y empresaria, Coco Chanel no ansió, desde su triste infancia, otra cosa que ser amada. Moriría sola, en uno de aquellos domingos que tanto detestaba, un 10 de enero de 1971 en su habitación del Ritz, junto a la Place Vendome.
Película: Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel
Director: Anne Fontaine
Nacionalidad: Francia, 2009
Género: Biográfica, Drama
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